viernes, 23 de septiembre de 2011

Las Fiestas Populares ¿Le Desagradan a Dios?



"¡Feliz Día del Amor! ¡Feliz Pascua! ¡Feliz Navidad! ¡Feliz Cumpleaños! ¡Felices Fiestas!"

LOS SALUDOS anteriores son varios ejemplos de los que se presentan durante las festividades que celebramos durante el año. ¿Pero que hay de las personas que no las celebran? En cierta ocasión dos amigas, Karen y Cindy, hablaban juntas en un cena de negocios que se realizaba, a pocos días de la fiesta del Día de la Madre. Cuando Karen le preguntó a Cindy sobre que le regalaría a la suya, ella le contestó: "Yo no celebro el Día de la Madre." ¿Por qué? -cuestionó Karen-, "Soy testigo de Jehová, y nosotros no celebramos las fiestas mundanas." le contestó Cindy.

¿Ha pasado por un caso parecido? Tal vez le puede parecer a usted curioso el por qué se les prohibe a ellos el celebrar las festividades. Según ellos "Jehová no acepta ninguna celebración que exalte a personas o a instituciones humanas" (Del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, publicado en 2005) ¿Será cierto esto? ¿De verdad enseña la Biblia que a Dios le desagraden las fiestas?

¿Qué es una costumbre?

El Diccionario de la Real Academia Española lo define como: "Hábito, modo habitual de obrar o proceder establecido por tradición o por la repetición de los mismos actos y que puede llegar a adquirir fuerza de precepto." (Diccionario de la Real Academia Español, vigésima segunda edición).


El capítulo 29 de Génesis, recoge una costumbre que tenía que ver con la negociación que se efectuaba para pedir la mano de una hija. Jacob tuvo que trabajar siete años para Labán antes de recibir a su esposa, pero cuando se cumplieron estos siete años, y Jacob fue a recoger a Raquel, fue engañado por Labán. Éste no le dio a Raquel, sino a su hija mayor, Lía. ¿Por qué?. La Biblia dice que "Labán le respondió: «En nuestro país no se acostumbra a casar a la menor antes que a la mayor." (Gén 29:15-28.)

Sí, era "costumbre" pagar cierta dote por la novia, que se establecía y acordaba con el padre de ella, -en este caso, siete años de trabajo- y en el caso de las familias de aquél tiempo, era costumbre el casar primero a la mayor. Jacob tuvo que someterse a dicha costumbre.

Algunas costumbres son sumamente agradables, interesantes, muy placenteras, y contribuyen al disfrute de la vida. Otras son pesadas cargas que atribulan a las personas. Por otro lado, no todas las costumbres son agradables a Dios. Todos comprendemos este hecho, y deseamos que nuestro proceder refleje siempre una buena moralidad, unos buenos modales, y una dignidad que alabe a Dios.

¿Hay razones para prohibir costumbres?

Con facilidad llegamos a pensar que pensamos como Dios, a pesar de que él realiza lo que él quiere (Isaías 55, 11) y tratamos de determinar las costumbres, los hábitos o las formas de actuar que son objeto de atención por parte de Dios, y que le ofenden sobremanera. Esto lo hacemos a pesar de que las mismas están arraigadas en lo más profundo del ser humano, son procederes que no están prohibidos en la Biblia, y son absolutamente inocentes, inofensivos para quien los realiza.

Este modo de pensar no es nuevo, pues el pueblo judío, escogido de Dios, con el transcurso de los siglos fue creando una Ley aparte de la que Dios les impuso, y en ella fue reflejando sus propias opiniones sobre lo que gustaba y disgustaba a Dios. Esta ley era conocida como Talmud, era un claro reflejo de la estrechez de miras que el pueblo judío había utilizado para adoptar costumbres que se suponía "agradaban o desagradaban" a Dios. En realidad era un reflejo de lo que agradaba y desagradaba a ellos mismos, que se auto proclamaban 'maestros' de ley.


Es por eso, que Jesús condenó a estos hombres, que estaban muy preocupados por cosas pequeñas, ínfimas, de poca importancia, diciéndoles: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley; la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello!" (Mt 23:23, 24.)

Cuando nos ponemos a pensar en que es lo que agrada y desagrada a Dios, con facilidad caemos en el error de pensar que a Dios desagradan cosas que a nosotros nos desagradan. Cuando esto se impone a un grupo, y transcurren los años, llega a convertirse en ley de vida a quien lo ha venido rechazando por años. Se crea en él entonces, una conciencia de que tal costumbre o práctica es incorrecta y desagrada a Dios, de tal modo que solo con mencionarla, provoca reacciones adversas.

San Pablo razonó del siguiente modo: "Estoy plenamente convencido en el Señor Jesús de que nada es impuro por sí mismo; pero si alguien estima que una cosa es impura, para él sí es impura." (Romanos 14,14)

San Pablo dijo esto en relación con alimentos, pero es un principio que se extiende a muchas cosas, especialmente a cosas que por tiempo se nos han prohibido -como pasaba por ciertos alimentos en el pasado- a causa de trazar una línea entre lo que está permitido y lo que está prohibido. Algunos han venido rechazando cierta práctica por años, a pesar de los argumentos a favor que se exponen, siguen reaccionando en contra, siguen creyendo que tal costumbre, inofensiva en sí, es un detalle que le preocupa a Dios, como si el reino de Dios significara comer, o beber, o celebrar tal o cual fiesta.

Por otro lado, algunas religiones que se autoproclaman 'organización de Dios' y 'único medio de comunicación entre Dios y los hombres', se dedican a trazar líneas de lo permitido y lo prohibido, cayendo a menudo en contradicción al aceptar unas y rechazar otras. Olvidan que estamos tratando un tema muy serio. Estamos determinando lo que gusta o disgusta a Dios. Él no nos ha dado una larga lista identificando tales costumbres. 

Para determinar esto, dependemos de la opinión que nos hemos hecho de él, de los conceptos que hemos absorbido en los muchos años que hemos estado asociados con cierto grupo, y en contacto con sus ideas.

¿Cómo determinan si una fiesta es 'mala'?

Como los "testigos de Jehová" consideran 'religión falsa' a todas las religiones, no es extraño que, entre la lista de costumbres populares, que ellos deducen, desagradan a Dios, se encuentren todas las fiestas religiosas, que tengan que ver con el Catolicismo, dígase Semana Santa, Navidad, Pascua, etc. Así lo dicen en sus folletos: "Dios no aprueba las que provienen de la religión falsa" (Del folleto '¿Qué exige Dios de nosotros?' de 1996)

Los criterios utilizados por los testigos de Jehová para determinar si una costumbre desagrada a Dios, son básicamente cuatro:

1 .- Sus orígenes. Suelen mencionar los orígenes de la costumbre. Que hacían, quiénes lo realizaban, porqué y para quién. Para ello, suelen mencionarle a usted lo que se hacía en el pasado y tratan de relacionarlo con lo que se hace en la actualidad. Por lo general, citan alguna Enciclopedia de renombre que diga: 'Esta costumbre es de origen pagano'.

2 .- Su veracidad. Según esto, la costumbre está mal, si hay algún personaje de fantasía o elemento de falsedad. Si los hay, usan la Biblia para justificarse, repitiendo que Dios es "el Dios de la verdad", y que "los que le adoran tienen que adorarlo con espíritu y verdad". Esto lo hacen, a pesar de que la creencia o costumbre sea absolutamente infantil, inocente o insignificante.

3 .- Su centro de atención. Si el centro de la fiesta tiene que ver con alguna persona o institución que no sea Jehová, y se utiliza un acto, imagen o persona, se considera que a esa persona o entidad se le "está adorando" y por tanto se rechaza tal práctica.

4 .- Sus efectos. Generalmente buscan resultados de los excesos que provocan. Buscan ejemplos de gente que utiliza tal fiesta para entregarse "a toda clase de desenfrenos, a los malos deseos, a las borracheras, a los excesos en la comida, a las orgías y al culto ilícito de los ídolos." (1Pedro 4, 3.) Esto, junto con las estadísticas de crímenes, accidentes y muertes de tales fiestas, los lleva a decir, que lo que desagrada a Dios es la fiesta, y no las personas que realizan estos actos.

A continuación analizaremos, junto con el relato de Karen y Cindy, estos 4 criterios para saber si son válidos a la hora de descartar una fiesta.

¿De verdad importa el origen?

¿Y por qué ustedes no celebran las festividades?, preguntó Karen a Cindy. 
"Verás Karen, la Biblia no dio origen a las fiestas religiosas o civiles que se celebran hoy día en muchas regiones del mundo". 
"¿A qué te refieres?" dijo Karen. "Si, muchas fiestas se basan en tradiciones paganas", contestó Cindy.

IMAGINE usted, casi todas nuestras costumbres o actos provienen o sobrevivieron desde las épocas del paganismo hasta nuestros días, solo que ahora sin sus características paganas o religiosas. Sin duda, si cada quien se pusiera a "fijarse en qué origen tiene" cada actos, costumbre o cosa, sin duda encontraría una indeseable conexión con el paganismo antiguo. Si deberíamos abstenernos de seguir realizando tal cosa por su origen, entonces cada persona debería abstenerse de hacer u usar casi cada cosa que existe.

Karen preguntó si esto era una pauta para no celebrar las fiestas. Cindy le respondió: "Exacto, la Biblia dice 'huyan de la idolatría, 'no toquen nada impuro', y Jesús nos dijo' Ustedes no son del mundo', por tanto estaría incorrecto participar de fiestas mundanas." Karen añadió: "Pero Cindy, sabías que la Biblia también dice 'No quiero decir que se aparten por completo de los deshonestos de este mundo [...] de ser así, tendrían que abandonar este mundo. (1 Corintios 5, 10)"

Que en el pasado, tal signo, o acto, o costumbre tuviera que ver con el proceder de un pueblo pagano, nada tiene que ver con lo aceptable o desagradable para Dios, porque no era la práctica lo que la hacía desagradable, sino el significado que se le daba, el sentido que tenía para los que lo practicaban, y para los que observaban tal proceder.

Y es que si uno indaga detenidamente en las costumbres de cualquier pueblo, y en especial, el pueblo judío, encuentra que muchas de sus costumbres y hábitos tenían orígenes paganos, sin que Dios los condenara por este motivos. El uso del incienso, la vestidura de los sacerdotes, muchos de los sacrificios..., ¡Hasta los meses judíos tenían nombres de dioses paganos!, como el cuarto mes lunar (última parte de junio y primera de julio) llamado Tamuz, que era el nombre de una ¡deidad babilónica! (Ezequiel 8, 14) Así, cuando un judío estaba en el mes cuarto, estaba en el mes del dios Tamuz, y no pasaba nada. Dios no encontró motivo para que se dejara de utilizar dicho nombre ni condenó a los judíos por este motivo.


Es más, profundizando detenidamente en costumbres religiosas babilónicas y egipcias, encontramos muchas similitudes de lo que luego fue el gran sistema de adoración judío. Ernest Renan, en su Historia del pueblo de Israel, 1 parte, pág. 69, de Ediciones Orbis, S.A. 1985, nos cuenta que en el culto de Egipto había mucha idolatría. El dios habitaba en un lugar determinado, bien fuese un templo, un arca, o tuviese estatuas. Tenían arcas y tabernáculos en los que, resguardada por alas de gavilanes, estaba la imagen del dios, invisible para los profanos.

En el rito egipcio, esta capillita cerrada y portátil estaba siempre encima de una barca llevada en hombros por sus sacerdotes en las procesiones y peregrinaciones. Era un nave portátil, gracias al cual, los dioses podían hacer largos viajes sin que se dejara de tributarles en todo el camino los honores que se les debían. Colocar panes sagrados en una mesa delante del dios, era una de las bases del culto egipcio. El dios serpiente estaba muy presente en su adoración.

Seguramente recordará con esto los relatos del pueblo judío peregrinando por el desierto, todas esas figuras fueron utilizadas para adorar a Dios con pequeñas modificaciones y matices. El arca de la alianza, la serpiente de bronce, el tabernáculo, etc. Entonces, si una "clave para determinar si una fiesta religiosa agrada o no a Dios es fijarse en qué origen tiene", ¿Cómo pudo Dios haber usados todos estos actos en su adoración? Sin duda por qué el origen no es una clave, más bien la intención o el significado que se le de.


El apretón de manos
Un ejemplo muy peculiar de los muchos símbolos paganos que utilizamos en la actualidad, tiene que ver con el estrechar la mano.

Entre los dioses de los babilonios se encontraba Marduk que Nabucodonosor convirtió en el dios más poderoso porque: "fue dotándole de los atributos que   caracterizaban a los demás. Llegó a ser el símbolo de Babilonia, y de hecho, costumbres como la del APRETÓN DE MANOS provienen del rito anual en el que el rey daba la mano a una estatua de Marduk para que le confiriera autoridad con la cual gobernar un a o más" (Revista "Muy Interesante, Año XII Nº 4, pág. 72).

Otra revista española añadió: "El uso más antiguo que se conoce de este gesto de saludo data del tercer milenio antes de Cristo, en Egipto. Entonces significaba la transmisión de poder de un dios a un gobernante terrenal. Esto está reflejado en el verbo egipcio dar, cuyo jeroglífico representa una mano extendida. En Babilonia, alrededor del 1800 a. de C., se exigía que el rey estrechara las manos de una estatua de Marduk, la deidad principal de la civilización. Este acto tenía lugar en el año nuevo y servía para transferir autoridad al soberano durante un año o más. Los asirios, tras tomar Babilonia, continuaron este rito, por temor a ofender a   alguien muy poderoso". (Conocer, nº 85, feb 1990, pág. 36).

Si todos siguiéramos el criterio de "fijarse en el origen" y de rechazar las que "provienen de religiones falsas antiguas" entonces ya nadie volvería a saludar de mano. En esto vemos, que el origen no es clave para rechazar una costumbre, más bien es su significado.

Ahora, hasta los mismos testigos de Jehová caen en diversas contradicciones. Pues algunas practicas no las rechazan por su origen, pues dicen que "el usarlas no envuelve el llevar a cabo prácticas religiosas falsas" (La Atalaya del 1 de octubre de 1972, pág. 606) y hay otras que las condenan, a pesar de que quienes lo practican y quienes lo observan desconocen absolutamente lo que significa en realidad tal costumbre.

"¿Y sería algo malo que tuvieran un pasado pagano?", preguntó Karen. "¡Claro!, tu no quisieras ser repudiada por Dios al participar en costumbres paganas, ¿verdad?" respondió Cindy. "¿Y entonces no celebran nada?" cuestionó Karen. "Bueno, si celebramos las bodas y los aniversarios de boda - contestó Cindy- pero, no lanzamos el arroz a la salida pues 'algunos pueblos creen que el arroz es alimento para alejar de los novios las influencias malas. Algunos dicen que asegura fertilidad a la pareja.' (Citado de La Atalaya del 15 de junio de 1969, pág. 378)

"Bien Cindy, pero deberías saber que las bodas contienen muchas más costumbres paganas." "¿Enserio?" contestó Cindy. "¡Claro! -dijo Karen- por ejemplo el velo. Aunque para nosotros representa pureza e inocencia, ''[...] era uno de muchos rituales adoptados debido a la preocupación por la felicidad, seguridad y fertilidad de la novia y del novio [...] para defenderlos en contra de los espíritus malignos'' (Citado del libro "Algo antiguo, algo nuevo—Bodas étnicas en América, p. 8). Igual el uso de las damas de honor, '[...] se vestían exactamente igual que la novia y el novio, para proteger a la pareja al confundir a los espíritus malignos' (Obra citada).

"Vaya, no imaginaba que las bodas tuvieran tantos elementos paganos" dijo Cindy. "Pues si -contestó Karen- el libro 'Una historia breve del matrimonio', página 201 dice que 'No hay ni un sólo punto relacionado con el matrimonio que no esté cubierto con supersticiones innumerables, algunas de las cuales se originaron en tiempos muy remotos de la antigüedad'"

"¿Ustedes usan anillos en sus bodas?" preguntó Karen. "Claro, representa el símbolo de unión de la pareja" contestó Cindy. "Qué curioso que esto no lo prohíban, como el arroz, pues resulta que los anillos eran usados desde los romanos, pues 'La gente antes pensaba que una vena o un nervio pasaba directamente de este dedo al corazón' (The World Book Encyclopedia, vol. 13, 2000, p. 221) dijo Karen. "¡Oh! Yo no sabía eso!" dijo Cindy muy sorprendida.

De pronto, recordando que estas dos amigas están en una cena de negocios de la empresa donde trabajan, dieron aviso que en unos minutos sería el brindis por las buenas ventas que se registraron en el último trimestre. 


Cindy declaró: "Creo que yo no participaré en el brindis Karen", "¿Por qué?". preguntó Karen. "Bueno, los testigos de Jehová no brindamos pues 'De acuerdo con la Asociación estadounidense de bibliotecas, hace miles de años, la gente tenía la idea ridícula de que, cuando bebían algo el Diablo podía entrar en su cuerpo cuando abrían la boca. Y en realidad creían que podían asustar a este espíritu maligno mediante hacer ruido. Por eso, para evitar dicho peligro, hacían chocar sus copas para producir ruido'." (Despertad! del 8 de enero de 1985, pág. 27 ). "Cindy, honestamente, respondeme -dijo Karen- ¿Crees tú, que nuestros demás compañeros piensan que asustan al Diablo al chocar las copas? ¿Crees que conozcan el origen del brindis?". "Bueno, creo que no. De hecho parece importarles más el significado con el que lo van a realizar" contestó Cindy.

Así es. Tal como dijo Cindy, importa más el signifcado que actualmente tiene tal fiesta, costumbre o acción. Solo considere que aún en la actualidad existen costumbres y hábitos que se originaron en el pasado antiguo. Considere por ejemplos los nombres de los días de la semana o los meses del año. La palabra Lunes, viene de Dies Lunae, día de la Luna, o Junio, nombre que proviene de Juno, la diosa del matrimonio y reina de los dioses. (Diccionario enciclopédico popular ilustrado Salvat.) La cortaba la usaban ya los egipcios y romanos, "solían anudarse al cuello una soga con un buen tejido de forma triangular", mientras que la sombrilla o paraguas se desarrolló en China hace 4,000 años desde donde se extendió a Persia, Egipto y Grecia. Si nos fijáramos en el origen de todo, tendríamos que abandonar este mundo.


¿De verdad importa la veracidad de la fiesta?

"¡Ves Cindy! El origen de las fiestas no importa, más bien importa el significado actual."
"Bueno, tal vez tengas razón Karen, pero algunas fiestas deforman la realidad o contiene elementos de falsedad"
"¿A que te refieres?" dijo Karen. "Si, por ejemplo en el Día de los 'Reyes' Magos el 6 de Enero, en la Biblia no se menciona que fueran tres, ni mucho menos reyes, mientras que en otras ocasiones algunas creencias como el Hada de los Dientes, la cigüeña o el conejo de pascua engañan a los niños" le contestó Cindy.

¿SERÁ la veracidad de una fiesta o creencia una excusa para no celebrarla? Por ejemplo, con el mito del Hada de los Dientes, o el conejo de pascua. Los testigos aseguran que mentirle con estas creencias a los niños hacen que, cuando se enteren de la verdad, "¿No habrán perdido la confianza en sus padres?."

Sin duda este no es argumento válido. Solo piense, ¿Qué padres han tenido dificultades para explicarles a los niños sobre estos temas? De hecho, muchos niños jamás hacen preguntas por qué viven en la fantasía, y solo uno que otro que pregunta, si es capaz de entender las respuestas.


"Cindy, me pareces que exageras, muchos niños no se trauman por descubrir que algún personaje no sea real."
"Tal vez Karen, pero pierden la confianza en sus padres, pues estos le mintieron." replicó Cindy.
"¿Y has visto algún caso?." preguntó Karen. "Pues no, nunca he visto un caso así, pero si la revista 'La Atalaya' así lo dice, es por que tiene que ser verdad."
"Cindy, deberías saber que estas creencias fantasiosas no tienen importancia, de hecho muchos niños dejan de creer en estos personajes conforme crecen, a otros les enseñan desde muy chicos que no existen, y existen otros niños más listos que no creen en fantasías."
"Pues, puede que tengas razón, pero la verdad es importante." contestó Cindy. 
"En casos como Santa Claus donde la mentira exige gastar en regalos, es importante decir la verdad, pero en casos como la cigüeña, ¿Cómo le explicarías a un niño pequeño la reproducción humana?." replicó Karen. "Pues si, es cierto" admitió Cindy.

La veracidad del relato no tiene nada que ver con lo aceptable de una costumbre o comportamiento a los ojos de Dios, como tampoco es un factor a evaluar para dar por válida dicha costumbre. El paso de los años desvirtúa los hechos, y existen serias dudas sobre muchos de los relatos que nos han llegado en nuestro tiempo. Es por eso que en todas las celebraciones de hechos o acontecimientos pasados, hay factores que no corresponden a la realidad, sin que los mismos desvirtúen la validez o no del hecho.

"Veras Cindy, a Dios no le preocupan creencias o costumbres inocentes, insignificantes o erróneas."
"Pero Karen, la misma Biblia dice que Dios es 'el Dios de la verdad' (Juan 4, 23) por tanto va a rechazar alguna creencia falsa por insignificante que sea."
"¿Sabías tu Cindy, que en algunas partes del Oriente siempre se ha creido que la mandrágora ayuda a la fertilidad humana?, ¿Y que en la Biblia, Raquel, la esposa de Jacob, creía también en esto y por eso las utilizó para darle hijos a Jacob (Génesis 30, 14-15)?"
"Pues, no, no sabía eso" dijo Cindy. "Y nunca encontraremos que Dios la haya recriminado por esa creencia errónea, pues era totalmente insignificante" agregó Karen.
"Bueno, parece que tienes razón, pero en fiestas como la Navidad por ejemplo, 'Jesús nunca mandó a los cristianos que celebraran su nacimiento. Lo que sí les dijo que conmemoraran, o recordaran, fue su muerte."

La gran mayoría de las iglesia cristianas celebra la Navidad el 25 de Diciembre pese a que en la Biblia no se menciona explicitamente la fecha ni hay algún mandato de Jesús para celebrarla, pero ¿Sería esto un impedimento para no celebrarlo?

"Cindy, ustedes dicen que si conmemoran las bodas y los aniversarios de bodas, ¿Cierto?"
"Si, ¿por qué?" preguntó Cindy. "¿Y en que parte de la Biblia mandó Jesús celebrar bodas o los aniversarios de boda?" le objetó Karen.
"Bueno, en ninguna parte, pero en la Biblia 'los primeros cristianos no celebraban la Navidad."
"¿Y los aniversarios de boda?" preguntó Karen. "Bueno, pues tampoco" contestó Cindy.
"Exacto -dijo Karen- 'la práctica familiar de celebrar los aniversarios de bodas parece haberse formado en Europa occidental, alrededor del siglo XVII' (The American Encyclopedia)"


El hecho de que Jesús o Dios Padre no dieran un mandato de celebrar Navidad no quiere decir que este mal celebrarla. Por ejemplo, las Escrituras mencionan también que la fiesta de la Dedicación del Templo, no fue mandada a celebrar por Dios sino que "Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, determinó que cada año, a su debido tiempo y durante ocho días a contar del veinticinco del mes de Quisleu, se celebrara con júbilo y regocijo el aniversario de la dedicación del altar." (1 Macabeos 4, 59). Dios no mandó celebrarla y nunca recriminó nada. De hecho ésta fue una de las fiestas a la que Jesús asistió (Juan 10, 22-23.) y nunca recriminó a nadie el celebrarla.

Los mismos Testigos efectúan acciones y tienen costumbres que ni Jesucristo mandó, ni los primeros cristianos practicaban. Se reúnen en "Salones del Reino", a pesar de que los primeros cristianos jamás llamaron así a sus lugares de culto. Sus salones son cómodos según ellos, pero los primeros cristianos usaban catacumbas.


Ellos asisten tres veces a la semana a sus reuniones a estudiar sus revistas, realizan las mismas de una forma determinada, cuentan la asistencia, informan su labor cada mes, se reúnen tres veces al año en asamblea, y ni Cristo mandó todas estas costumbres, ni los primeros cristianos lo practicaron jamás así.


¿De verdad importa su centro de atención?

"Ves Cindy, como el hecho de que alguna fiesta o costumbre tenga alguna fantasía no quiere decir que debamos rechazarla"
"Buen punto, pero algunas fiesta 'le roban adoración a Dios' como la Navidad o Pascua Florida que se centran en Jesucristo; de igual manera cuando estas fiestas se centran en recordar a un santo, un famoso, algún vivo o muerto, a una institución o un acontecimiento"

LOS testigos de Jehová creen que dedicarle un día a alguien, vivo o muerto, un santo, un famoso, una institución o algún hecho memorable está mal visto por Dios pues, según esto, estaremos adorando a alguien o a algo por unos momentos, minutos o horas. Y cómo Dios es un 'Dios celoso' estará molesto con quien lo haga.

"Cindy, el conmemorar un acontecimiento no le roba 'adoración a Dios', para nada. De echo, Dios mismo manda conmemorar la salida de Egipto (Éxodo 12, 17), así como el hecho de que los judíos vivieron en chozas (Levítico 23, 42-43), y de igual forma los judíos por su cuenta conmemoraban el hecho de que se había rededicado el Templo (1 Macabeos 4, 59). Y no vemos que con esto se adoraba a algo que no fuera Dios.
"Cierto, - dijo Cindy- pero la Biblia dice que 'huyamos de la idolatría', y 'las celebraciones de cumpleaños tienden a dar excesiva importancia a un individuo', tan solo observa como se le regalan cosas, se le alaba y se le 'enaltece el ego.' 
"¿Por qué razón creen ustedes que es bueno celebrar los aniversarios de bodas?" preguntó Karen.
"Pues claro está que 'el día del casamiento es una ocasión gozosa' que debe ser recordada, además 'refuerza el enlace' entre los casados. ¿A qué viene la pregunta con el tema?"
"Entonces -dijo Karen- ahí si no se preocupan de que en el aniversario de boda 'se enaltece el ego' de la pareja o que se les da 'excesiva importancia' por qué se les felicita. ¿Verdad?"
"Pues, supongo que no lo había visto de esa manera." dijo Cindy algo incómoda.

¿De verdad "adoramos" a alguien al dedicarle una fiesta? La respuesta la tiene usted mismo. ¿Acaso usted adora a su madre o a su padre el Día de la Madre o el Día del Padre? ¿De verdad se siente usted como "un dios" el día de su cumpleaños? Los verdaderos cristianos no adoran a nadie en los días de fiesta, más bien los felicitan y le desean un buen año. Tampoco adoran nada en días festivos, sino que conmemoran hechos o instituciones memorables.

Incluso algunos cristianos celebran su cumpleaños de manera distinta que otros. Algunos gustan de realizar alguna fiesta o convivencia. Otros deciden pasar el día con familia y amigos. En otras fiestas civiles se puede decir lo mismo. Lo importante no es el centro de atención, sino que tanta atención se le presta.


¿De verdad importan sus efectos?

"Cindy, la Biblia claramente dice 'el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el corazón' (1 Samuel 16, 7), por tanto, cuando honramos a alguien, no lo adoramos, por qué nuestra intención no es el de adorarlos, sino el respetarlo o desearle lo mejor.
"Pues, creo que tienes razón Karen, pero eso sí, algunas fiestas y costumbres inducen a los vicios y la inmoralidad"

LA BIBLIA condena toda clase de hábitos mundanos, y aconseja siempre ser moderados en todo. Y este principio se extiende literalmente a todo. ¿Pero que hay de los excesos que pudieran presentarse en las fiestas? Los testigos de Jehová ponen dos ejemplos: la fiesta de Año Nuevo y el Carnaval.


Los excesos que se cometen en tales fiestas son siempre objeto de discusión entre los testigos, para esto prohíben a sus adeptos el celebrar familiarmente la entrada de un nuevo año, o el disfrazar tan siquiera a los niños para los festivales escolares, etc.

"¿A que te refieres Cindy?" preguntó Karen. "Si, las costumbres relacionadas con fiestas como Año Nuevo o hasta los eventos deportivos como el Super Tazón 'tienen todos los vicios de las fiestas religiosas!' (De la revista Despertad! del 22 de diciembre de 1981, pág. 21-24)." contestó Cindy.
En Año Nuevo por ejemplo, aunque la gran mayoría de la familias lo celebra de manera sana, divertida y en familia, algunas otras usan esta ocasión como excusa para emborracharse o cometer actos delictivos. Por otra parte algunos elementos se les ha añadido a ciertas costumbres, que como supersticiosas, no deben formar parte de la celebración cristiana. Como en Año Nuevo, donde el tomar doce uvas, regalar lencería de color rojo y cuantos otros ritos no deben imperar en la fiesta cristiana. (Véase Año Nuevo, ¿Cómo lograr que sea próspero?) En estos casos, solo estos elementos de superstición no agradan a Dios.

Por supuesto, el que en tales fiestas se cometan excesos, en nada cambia la ocasión de pasar un buen rato con los amigos en sana diversión. Y lo hermoso de respetar y ser respetado, nos lleva a certificar el hecho de que aunque observemos que en nuestro círculo más inmediato, los excesos y el desenfreno pudieran perjudicar nuestra salud o la de nuestros allegados, no debemos por qué imitarlo ni permitirlo. Sin embargo, para los Testigos, esto no es posible. Ni siquiera el celebrar ese día como una ocasión especial y excepcional sería permisible para ellos. Aseguran que "puede afectar su propia reputación ante Dios y los hombres."


Con respecto a fiestas como los carnavales. Aunque Carnaval viene de la palabra italiana carnelevare y literalmente significa "Adiós a la carne." Corresponde con el período de tres días que preceden al Miércoles de Ceniza, en donde se podía comer carne, ahora se ha convertido en una fiesta que ha derivado en majestuosos desfiles, en donde la fantasía y la vistosidad sobresalen por encima de lo demás, y aunque esto no es malo, en otros, tales desfiles se han convertido en verdaderos bacanales, en donde se excita al sexo, la borrachera, y el desenfreno. 

"Bueno Cindy, en casos donde pueden incitarse al vicio o otros actos, lo que nos motivará como cristianos, deben ser lo que nos lleve a decidir, hasta qué grado podemos involucrarnos en la celebración de tal fiesta. El mismo San Pablo aconseja: 'Todo me está permitido, pero no todo es conveniente. Todo me está permitido, pero no me dejaré dominar por nada.' (1 Corintios 6, 12)
"Pero, algunas fiestas incitan a hacer el mal, por eso Dios las rechaza" contestó Cindy. 
"Y si alguien bebiera en exceso durante una reunión familiar, ¿Serían malas las reuniones familiares, o el excederse en alcohol?" preguntó Karen.
"Pues, creo que el excederse en alcohol." dijo Cindy. "Así es Cindy, el problema no está en la fiesta, sino en las personas que participan de ella."

¿Estará mal celebrar alguna de las fiestas?

"Creo Cindy, que tus razones para no celebrar las fiestas no eran del todo sólidas."
"Bueno, tal vez Karen, pero aún pienso que a Dios le desagrada celebrar fiestas mundanas."

INTERESANTE es el tema de la prohibición de celebrar las fiestas en los testigos de Jehová. ¿Y se ha puesto a pensar en los niños testigos? Sus padres privan a los niños de las diversiones que son comunes en su edad. Muchos de estos niños tienden a sentir que son "extraños y diferentes."

Cierta maestra de primaria expresó: "Es importante que en los festivales participe todo el grupo, pero sabemos que puede llegar quién no puede por qué 'se lo prohíbe su religión."
Ante esta situación llegan a parecer antes sus maestros, compañeros y amigos como "extraños." Sin mencionar cuando son reprendidos por sus padres cuando aceptan dulces o caramelos que sus amigos repartieron en su cumpleaños, o cuando llegan a dibujar tarjetas del Día de la Madre o del Padre.

Algunos otros padres testigos encuentran ilógicas estas interpretaciones, no suyas, sino las del "Cuerpo Gobernante" de los testigos de Jehová. Por tanto los caramelos que decomisan se los entregan otros días en fiestas donde invitan a amigos de la escuela, aclarando que "no es por ningún cumpleaños o santo en particular", sino que es sin ninguna razón. Ahí los amigos traen regalos y hasta usan piñatas -prohibidas en la revista Despertad! del 22 de septiembre de 1971, págs. 23-24- como si fuera un cumpleaños.

"Sabes Cindy, si Dios expresó su desagrado por ciertas costumbres como sacrificar a los hijos, adivinación, astrología, magia y hechicería, así como evocación de espíritus (Deuteronomio 18, 10-11), ¿No crees que hubiera prohibido el celebrar fiestas o dedicarle días a alguien o algo si de verdad le desagradara?"
"Bueno, creo que ese es un bueno punto." dijo Cindy. "Así es Cindy, en la Biblia jamás encontraremos una cita bíblica que diga: 'Y Dios dijo: No dedicarás un día a nadie ni a nada para honrarlo, ni para conmemorar nada, porqué, Yo tu Dios, lo veo como cosa detestable.'
Simplemente por qué él no encontró algo malo en tal práctica."

¿Cuál es la verdadera razón por la que les prohíben celebrar las festividades? La verdad es que la prohibición de fiestas no es más que el resultado del control que la Organización la Atalaya ejerce sobre sus adeptos. La prohibición de participar y celebrar en fiestas, así como otras, tiene como objetivo evitar que los testigos sientan nostalgia por las remembranzas de cuando antes las celebraban. Así se evita que los testigos puedan llegar a abandonar la "organización" para volver a su antigua religión. Sin duda toda una táctica psicológica.

Para esto, solo les basta con desviar la verdadera razón a argumentos como los "orígenes paganos" de la celebración, a lo incierto de algunos hechos o personajes, a su centro "idolatríco" de atención o al uso inmoderado que algunos hacen de ella.


Las verdaderas costumbres que desagradan a Dios


¿CUÁLES serían las verdaderas costumbres que desagradan a Dios? A continuación como identificarlas:

A) Debe estar prohibida expresamente en la Biblia.
La Biblia prohíbe el dar adoración a las imágenes y tratarlas como ídolos con poder (Veasé ¿Importa si le rezo a la "Santa" Muerte?), o el consultar a médium espiritistas, o a pronosticadores oficiales de futuro. También prohíbe la fornicación o inmoralidad sexual, el asesinato, las borracheras, el robo, la avaricia, la extorsión. Estas prácticas no deben imperar en la vida del cristiano.

B) Daño físico o mental a quien lo realiza o a terceros.
Si alguien considera negativo la celebración de un día de fiesta que no lo imponga a los demás. Lo contrario también es cierto. Esto es fácil descubrirlo por los resultados o efectos que tal costumbre provoca. El fumar provoca cáncer de pulmones. La circuncisión femenina es una práctica cruel y lleva a la impotencia de muchas mujeres. La fiesta de los toros, pone en peligro la vida de personas, y provoca sufrimiento innecesario a los animales, algo parecido ocurre con la práctica inglesa de la 'caza del zorro'. Los deportes de riesgo matan todos los años a miles de personas. Los videojuegos de alta violencia fomentan más violencia en la mente de los niños y jóvenes.

Ninguna de estas costumbres populares están prohibidas expresamente en la Biblia, pero el sentido común, y el observar los efectos de tales costumbres deben de llevar a las personas a determinar si las mismas, por muy populares y divertidas que sean, deben ser un elemento a incluir en la vida cristiana.

C) Si la costumbre contradice el cristianismo
Los orígenes del Halloween se remontan a la costumbre celta del Samhain. Los espíritus tanto buenos como malos regresaban de mas allá. Aunque algunas celebraciones no tienen ninguna relación con el paganismo antiguo, esta fiesta conserva muchos rasgos, entre ellos los rituales satánicos que se realizan ese día, así como misas negras y otras practicas relacionadas con el Demonio. Además de fomentar el satanismo y el gusto por lo oculto. (Véase Halloween, ¿Está bien celebrarlo?)



De manera cristiana, sana y en familia

"Parece ser Cindy, que la Biblia nunca prohíbe celebrar las fiestas, pues con la muerte y resurrección de Cristo se acabaron las leyes e las imposiciones de normas y restricciones sin importancia."
"¿Pero Karen, para 'agradar a Dios' es importante rechazar las costumbres falsas?"
"Pero Cindy, si San Pablo dijo: 'Ciertamente, no es un alimento lo que no acerca a Dios' (1 Corintios 8, 8), ¿Crees tú que el no celebrar una fiesta nos acerca a Dios?"
"Pues, creo que no." dijo Cindy. "Así es, de echo es muy loable el hecho de que te abstengas de días festivos como sacrificio a Dios, pero nada de eso ni nos recomienda más ni menos a Dios."
"Entonces, ¿Dios no se preocupa tanto si celebramos las fiestas?" preguntó Cindy.
"No Cindy, a Dios le preocupa más como actúas cuando participas en ellas. (Job 1, 4-5)."

Nadie pues debe volver a imponer a los cristianos restricciones sin importancia. Por eso San Pablo dijo: "Que nadie los critique por cuestiones de alimento y de bebida, o de días festivos, de novilunios y de sábados." (Colosenses 2, 16) Y añade: "Estas doctrinas tienen una cierta apariencia de sabiduría por su «religiosidad», su «humildad» y su «desprecio del cuerpo», pero carecen de valor y sólo satisfacen los deseos de la carne." (Colosenses 2, 23). El cumplir con normas sin valor para creer que por esto nos salvaremos es cosa de la Antigua Ley Ceremonial (Galatas 4, 9-10), aún así, debemos respetar a todo aquél que -aún estando equivocado- cree que ofende a Dios.

"Como hemos visto Cindy, los cristianos no tenemos que estar excesivamente preocupados por investigar las raíces ni la veracidad de las fiestas o costumbres de antaño."
"Puede que tengas razón Karen, pero aún así no estoy segura del todo."
"Verás Cindy, lo que importa es que las fiestas son ocasiones para convivir en familia o para dar regalos."
"Puede que sí Karen, pero 'los cristianos verdaderos mejor hacen regalos y pasan buenos ratos juntos en otras ocasiones durante el año."
"Pudiera ser Cindy, es válido, no es necesario ser día de fiesta para reunirse o regalar algo, pero en este mundo tan agitado de hoy en día, los días festivos son un buen recordatorio de no olvidar el amor a ciertas personas o rememorar hechos que no debemos olvidar."
"Tal vez Karen, pero 'nosotros no necesitamos de días festivos, o de espíritu navideños, para ser amorosos, bondadosos con nuestra familia, más solidarios con nuestro prójimo."
"¿Puedo preguntarte algo Cindy?" preguntó Karen. "Claro! Adelante!" - contestó Cindy.
"Con el Día de la Madre tan próximo, ¿Cuándo fue la ultima vez que le regalaste flores a tu mamá o le dijiste que la amabas?"
"Pues... la verdad no recuerdo."

Más bien que preocuparnos por cada costumbre que nos rodea, como otros personas que se sienten autorizados a determinar lo correcto e incorrecto de las cosas, que no son felices con las normas bíblicas y la libertad que gozan los cristianos desde que Cristo nos trajo la libertad, (Juan 8:32) debemos ante todo actuar de manera cristiana, con nuestro ejemplo.

"Cindy, ¿Crees que Dios quiere nuestra felicidad?" preguntó Karen.
"Pues claro!, 'Jehová es el “Dios feliz” y quiere que sus siervos también lo sean' (De la revista La Atalaya del 1 de abril de 2009).
"Bueno, entonces no creo que sea capaz de privarnos de divertirnos en una fiesta."
"Tienes razón Karen, creo que este Día de la Madre le regalare flores a la mía."

Dijo San Pablo: "Por lo tanto, hermanos, no somos hijos de una esclava, sino de la mujer libreEsta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud." (Galatas 4,31) (Galatas 5,1.)

No hay entonces que preocuparnos del origen ni de nada más. La misma Atalaya reconoce: "Aunque tal vez haya razones para examinar el origen de una costumbre, hay casos en los que importa más qué significa para las personas de la época y el lugar donde uno se halla." (De la revista Despertad! del 8 de enero de 2000, págs. 26-27). Por eso, cada cristiano, tiene la obligación de mantener su conciencia limpia, de distinguir lo correcto de lo incorrecto, y recordar que lo más importante es que "sea que ustedes coman, sea que beban, o cualquier cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios." (1 Corintios 10, 31)