¡Y no se acabó el mundo!
¿ESPERABA qué pasara algo el pasado 21 de diciembre de 2012, cuando la supuesta profecía maya anunciaba el fin de este mundo?
Sin duda en los últimos años muchos
esperan o creen que el fin del mundo está muy cerca. Tan sólo desde el atentado
del 11 de septiembre de 2001 al Centro Mundial de Comercio en las Torres
Gemelas de Nueva York la tensión mundial se ha incrementando. Muchos opinan que
desde ese suceso el mundo ha entrado en un período en el que parece estar
llegando a su fin.
Desde invasiones extraterrestres hasta desastres naturales sin control. De asteroides chocando contra la Tierra hasta muertos que regresan a la vida (o zombies). Sin duda que el tema del fin del mundo ha sido de mucha fascinación para el ser humano. Tan fascinante que muchos han intentado averiguar cuando será la fecha exacta del fin del mundo o apocalipsis como le dicen algunos.
Sin embargo, muchas personas que han fijado fechas para el fin no han tenido éxito. Considere el ejemplo de los testigos de jehová, quienes habían predicho el fin del mundo desde 1914, diciendo: “En vista de la evidencia fuerte de la
Biblia, consideramos como una verdad establecida el que el fin cabal de los
reinos de este mundo y el establecimiento completo del Reino de Dios en la
Tierra se realizarán para el fin de 1914” (Estudios de las Escrituras, pp.
76-78)
Más recientemente en 2011,
Harold Camping, un locutor cristiano, declaró: “Un gran terremoto sacudirá la tierra el 21 de mayo del 2011, uno que
jamás el planeta haya sentido en su historia. […] Así será hasta el 21 de octubre. […] Ese día Dios escogerá quiénes se salvarán e irán a su gloria”. ¿Cuál será la fecha real del fin del mundo? ¿Habrá señales que nos
avisen del inminente fin? ¿Qué debemos hacer antes del fin? Esto lo veremos en
el presente artículo
¿Cuál es la fecha del fin del mundo?
MUCHOS son los “cristianos” que durante
años han fijado fechas para el fin del mundo, y sin embargo, a pesar de sus
fracasos siguen empeñados en descubrir la fecha exacta de la venida de Cristo. Otros
no han fijado ninguna fecha, pero aun así no se cansan de repetir que el fin
está muy cerca y que en cualquier momento caerá desgracia sobre la humanidad. Y lo
más lamentable del caso es que muchos lo hacen para beneficiarse económicamente
de los incautos que creen en esas profecías. Considere
el caso más reciente, cuando el locutor cristiano de la Family Radio, Harold
Camping, anunció el inminente fin para el 21 de mayo de 2011. Sin embargo nada
ocurrió.
Los seguidores de Camping se mostraron decepcionados, y más por qué habían dado su dinero a la organización para ayudarla a difundir el mensaje del fin. Otras personas dejaron de trabajar y de estudiar por lo mismo.
Adrienne Martínez, de 27 años, no inició sus estudios en la Facultad de Medicina, igualmente, su marido Joel abandonó su trabajo para aguardar el fin. “Habíamos presupuestado todo para el 21 de mayo (como final), así que no nos queda nada", dijo Adrienne.
Sin duda es triste ver como personas dejan todo lo que tienen por seguir a falsos profetas. Y esto ha sucedido por muchos años. ¿Recuerda acaso el fin del mundo en el año 2000 cuando cambiaría el milenio? ¿O el 6 de junio de 2006, cuando fue el 6/6/06?
Y qué no decir de la supuesta profecía maya que dijo que el mundo acabaría el pasado 21 de diciembre de 2012. Muchos creyeron en esto y sin embargo no pasó nada. ¿Por qué nadie ha podido saber con certeza la verdadera fecha del fin del mundo? ¿Por qué nadie ha acertado en sus predicciones sobre el juicio final?
La respuesta es fácil, y la dijo Jesús hace casi dos mil años: “Empero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo.” (Mateo 24, 36) (Biblia Reina Valera)
Jesús claramente afirmó que nadie conoce, ni conocerá la fecha del fin, sino solo Dios Padre que determinará cuando será el tiempo en que su Hijo ha de regresar a juzgar a vivos y muertos. Ahora, la afirmación de Jesús es clara. Nadie sabía en ese entonces ni nadie sabrá en algún día del futuro. Por tanto cuando viene a decirle que el mundo acabará en tal fecha y en tal hora, no lo crea.
Muchos dirán que les habló Dios o un ángel o la Virgen María, o tal vez hasta seres alienígenas. Sin embargo todo será resultado de una gran mentira, ya que si Jesús afirmó que nadie sabía ni sabrá, no sería lógico que a último momento se arrepintiera y lo revelara a alguien. Y aunque nadie sabrá la fecha y hora exacta si habrá señales que nos anuncien el fin. Pero hay que saber cuáles. Jesús indicó varias y tal vez no se imagina cuáles.
¿Cuáles serán las señales del fin del mundo?
“El escenario está dispuesto para la batalla
de Armagedón. ¿Cómo lo sabemos? […] Jesús
dijo: “Se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá
escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro”. (Revista La Atalaya, del 1 de febrero de 2012,
p.8)
¿Usted
piensa lo mismo que muchos cristianos dicen por ahí? ¿Será que las guerras, los
grandes terremotos, desastres naturales y las hambrunas que vemos por la
televisión, son señales del fin del mundo? ¿O tal vez hay otras señales más
específicas que nos advertirán del fin del mundo?
HAY quienes piensan que el fin del
mundo está cerca por qué según esto Jesús anunció que habría guerras,
terremotos, desastres y hambre. En el evangelio de San Mateo leemos: “Se levantará nación contra nación y reino
contra reino. En muchas partes habrá hambre y terremotos.” (Mateo 24, 7)
¿De
verdad son esas las señales del fin? La Biblia nos dice que no. ¿Por qué estar
tan seguro? Efectivamente Jesús dijo esas palabras pero también dijo: “no se alarmen: todo esto debe suceder, pero
todavía no será el fin.” (Mateo 24, 6).
Jesús
no dijo que las guerras, el hambre o los terremotos fueran la señal definitiva
del fin, y mucho menos dijo que tuviéramos que temer estas señales. Al
contrario, más bien nos dice que no nos alarmemos. Qué todo eso tiene que
suceder, pero no será el fin.
Muchos
se empeñan en decir que el fin está
cerca por las guerras, los terremotos o las hambrunas. Sin embargo esto siempre
ha existido en la historia de la humanidad. Incluso desde tiempos antes de
Jesús hubo guerras, hambrunas y terremotos. De igual manera, los hubo después,
y los hay ahora. La
Biblia en cambio da otras señales confiables y mucho más claras.
1.- Aparecerá una multitud de
falsos profetas, que engañarán a mucha gente.
Por el mundo rondan muchas personas y
organizaciones que dicen ser “Enviados de Dios”; “Iluminados”, el “verdadero
canal entre Dios y los hombres”. Sin embargo, no tienen la verdad. Y para que lograr
que más gente se una a ellos, usan el nombre de Jesús para respaldar lo que
dicen. Muchos veces insisten en ser cristianos solo por qué creen en Jesús o
por qué creen en él y dicer ser ya salvos.
Jesús pues dio una advertencia sobre
esto y como señal antes del fin. Dijo: “Aparecerá
una multitud de falsos profetas, que engañarán a mucha gente. […] Porque aparecerán falsos mesías y falsos
profetas que harán milagros y prodigios asombrosos, capaces de engañar, si
fuera posible, a los mismos elegidos.” (Mateo 24, 24)
¿Y usted? ¿Acaso podría estarse
convenciendo de lo que dicen algunos “cristianos”? No se deje engañar, no por
qué también crean o hablen de Jesús significa que automáticamente tienen razón.
Pues Jesús mismo dijo: “Tengan cuidado de
que no los engañen, porque muchos se presentarán en mi Nombre”. (Mateo 24,
4-5)
De hecho, estos mismos falsos profetas
han difundido falsas señales del fin del mundo. Hablan de guerras, terremotos,
hambres, calentamiento global o desastres naturales. Sin embargo, Jesús nunca dijo
nada de eso. Si anuncio que habría guerras,
terremotos o hambres, como siempre ha habido. Es decir, dijo que continuarían.
Pero no serían señal del fin. Por eso aclaró: “no se alarmen: todo esto debe suceder, pero todavía no será el fin.”
(Mateo 24, 6)
2.- El pueblo de Israel
reconocerá a Jesús como el Mesías.
Los judíos contemporáneos de Jesús no
lo aceptaron como el Mesías anunciado por los profetas. El Sumo Sacerdote Caifás le dijo a
Jesús: “Te conjuro por el Dios vivo a que
me digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios» […] Jesús le respondió: «Tú lo has dicho […]” el
Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: «Ha blasfemado […] Ellos respondieron: «Merece la muerte».” (Mateo 26, 63-66)
Jesús no fue aceptado por el pueblo de
Israel de aquel entonces, pero será aceptado en un futuro por el pueblo de
Israel actual. Cuando Jesús denunció las obras de los
fariseos, terminó con estas palabras: “Les
aseguro que ya no me verán más, hasta que digan: ¡Bendito el que viene en
nombre del Señor!»” (Mateo 23, 39). Es decir, no regresaría hasta que
ellos lo aceptaran como el Mesías anunciado. Esto implicaría que los judíos
actuales tuvieran que convertirse al cristianismo, y así desaparecer el
judaísmo para formar una sola fe.
San Pablo habla de esto en su carta a
los cristianos romanos, diciendo: “El
endurecimiento de una parte de Israel durará hasta que haya entrado la
totalidad de los paganos. Y entonces todo Israel será salvado” (Romanos 11,
25-26)
Santo Tomás de Aquino lo explica con
estas palabras: “La ceguera de los Judíos
durará hasta que la totalidad de los gentiles haya aceptado la fe. Y esto está
en consonancia con lo que el Apóstol dice sobre la salvación de los Judíos, es
decir, que cuando la totalidad de las naciones hayan entrado ‘todo Israel se
salvará’, no individualmente como es en el presente, sino universalmente”.
(Comentario a la Epístola de los Romanos)
3.- La mayor parte de la
humanidad perderá la fe
Hoy en día gran parte de la humanidad
parece haberse olvidado de Dios. Son muchos los jóvenes que se suman a la lista
del ateísmo, aunque la mayoría solo por qué es una moda, o por qué así se
libran de responsabilidades morales o religiosas.
Otras personas caen en las
supersticiones, en religiones de la Nueva Era u Orientales. Otras más
simplemente se dicen creyentes pero no practican su fe. Por lo que muchas veces
son cristianos solo de nombre. Gran parte de la población mundial se
han olvidado de Dios, al punto de negar que exista. Y esto implica también el
aumento de la maldad en el mundo. Al sacar fuera a Dios de nuestras sociedades
hemos causado que estas se llenen de oscuridad.
Hace décadas era algo increíble y
horrible cosas como el aborto. Hoy en día suceden crímenes y masacres como
nunca se habían visto. Todo es el resultado del olvido de Dios de parte del
mundo. Sin embargo, esto ya había sido
anunciado por Jesús, quién dijo: “Al
aumentar la maldad se enfriará el amor de muchos.” (Mateo 24, 12) Y no solo
eso, también el desenfreno y el libertinaje se han elevado a un punto
alarmante.
Ya se considera normal el aborto, y al
punto de considerarse necesario. Muchos grupos homosexuales se levantan en
contra de la fe cristiana y la atacan con furia. El odio hacia la Iglesia
crece, por qué se le considera una organización retrograda. Jesús sin embargo
advirtió: “pero el que persevere hasta el
fin, se salvará.” (Mateo 24, 13)
Y es que hoy en día la tecnología y la
ciencia parecen alejarnos cada vez más de Dios, y el ateísmo parece promover
más la idea de que Dios es un invento para controlar masas, y que más bien debiéramos
hacer lo que creamos que está bien, y eliminar la religión. ¿Cuál ha sido el resultado? Un mundo cada
vez más lleno de maldad.
Jesús mismo hizo está comparación: “En los días que precedieron al diluvio, la
gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no
sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo
sucederá cuando venga el Hijo del hombre.” (Mateo 24, 38-39) Si la
humanidad sigue por el mismo camino, a muchos los tomará por sorpresa la venida
de Cristo. “Dicho
claramente, ya no somos capaces de escuchar a Dios; hay demasiadas frecuencias
saturando nuestros oídos” (Papa Benedicto XVI, 2006)
4.- El Anticristo se manifestará
“Porque
antes tiene que venir la apostasía y manifestarse el hombre impío, el Ser
condenado a la perdición, el Adversario, el que se alza con soberbia contra
todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta llegar a
instalarse en el Templo de Dios, presentándose como si fuera Dios. […] La venida del Impío será provocada por la
acción de Satanás y está acompañada de toda clase de demostraciones de poder,
de signos y falsos milagros, y de toda clase de engaños perversos, destinados a
los que se pierden por no haber amado la verdad que los podía salvar.” (2
Tesalonicenses 2, 3-4; 9-10)
La última de las señales será la
venida del Anticristo definitivo, ya que han venido muchos otros, los cuales son aquellos que reniegan la verdad
cristiana transmitida por los Apóstoles y conservada por la Iglesia. (1 Juan 2,
18-22). El definitivo Anticristo se dará a
conocer como Cristo mismo, y hará creer a muchos que ha vuelto nuevamente. Con la
ayuda de Satanás, hará milagros para engañar a muchos haciéndoles creer que él
es Cristo.
¿Qué
hacer entonces? ¿Cómo reconocerlo? ¿Cómo sabremos que él no es Jesús? La Biblia
nos dice cómo. Cristo
vendrá con gloria entre las nubes, mientras que el Anticristo no. Podrá hacer muchos milagros y
otros prodigios maravillosos, pero nunca vendrá con gloria como Jesús. “Les dirán: «Está aquí» o «Está allí», pero
no corran a buscarlo.” (Lucas 17, 23)
No teman ni se alarmen
Solo estas señales son las auténticas
que nos dirán si el fin está cerca o no. San Pablo por eso mismo aconseja: “No se dejen perturbar fácilmente ni se
alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a
nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado.” (2
Tesalonicenses 2, 2)
Jesús
reiteradas veces nos dice que no nos alarmemos. El fin no debe ser una ocasión
para sentir miedo. Jesús quiere que nos preparemos para ese día, y por eso
dice: “Por eso los prevengo.” (Mateo
24, 25). Pero, ¿deberíamos ahora sentarnos a esperar que estas profecías se
cumplan?, o ¿Alarmarnos por qué parece estar ya sucediendo? No.
San
Pedro más bien dice: “Por eso, queridos
hermanos, mientras esperan esto, procuren vivir de tal manera que él los
encuentre en paz, sin mancha ni reproche.” (2 Pedro 3, 14). En vez de estar
temerosos a saber cuándo este mundo acabará, debemos estar más atentos a hacer
de este mundo un lugar mejor; y eso solo se logrará cuando pongamos en práctica
las enseñanzas de Jesús.