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martes, 25 de octubre de 2011

El Día de los Muertos, Tradición Mexicana y Patrimonio de la Humanidad

ALTARES en las casas, escuelas, lugares públicos o plazas. Flores de cempasuchil a la venta en los mercados y florerías. Calaveritas de azúcar en dulcerías o supermercados, además de "Pan de Muerto". Papel picado, veladoras, fotos y catrinas. Todo esto es parte de una celebración anual que se realiza en varios países de latinoamérica y que se celebra con más fuerza en México, lugar de origen. Sí, estamos hablando del "Día de los Muertos".

El Día de los Muertos es una fiesta de origen prehispánico y que se mezcló con el catolicismo para formar una tradición tanto mexicana como cristiana y que es celebrada en México por mucha gente, en especial en el centro y sur del país, y, aunque la fiesta pagana de Halloween ha intentado desplazar esta hermosa tradición, se mantiene viva en los corazones de los mexicanos.

Descubramos más sobre el origen de esta celebración y los elementos que la componen.

SUS ORÍGENES PREHISPÁNICOS

La fiesta que celebramos los días 1 y 2 de Noviembre tiene orígenes prehispánicos. En todas las culturas del México antiguo (Mayas, Olmecas, Mexicas, etc.) la muerte ocupaba un lugar muy importante. Los antiguos mexicanos, igual que en las culturas europeas y orientales, pensaban que el espíritu de los hombres era inmortal, esto es, que existía un lugar a donde iban a parar las almas de los muertos. Los Nahuas o Mexicas llamaron Mictlán a ese lugar.

A pesar de la similitud con la creencia cristiana, existen diferencias importantes. Una de ellas es que al Mictlán van todos los muertos sin importar como se portaron en este mundo (es decir, no existía el concepto de "buenos" y "malos", por lo tanto no se trataba de premios y castigos). Sin embargo, no todos los muertos eran iguales. Muchos de ellos se convertían en dioses, según hubiera sido su muerte. Los guerreros muertos en combate, se convertían en aves de plumaje muy colorido, que tenían la misión de acompañar al sol en su recorrido diario, especialmente al amanecer y en el atardecer.

Durante la colonia, los misioneros cristianos trataron de erradicar esta costumbre. Lo único que consiguieron fue modificarla. La hicieron coincidir con la fiesta religiosa de "Todos los Santos".

Pero en la conciencia de los indígenas quedaron restos de su tradición original. La celebración actual conserva todavía el concepto de que los muertos no "mueren", sino que solamente se fueron a vivir a otro lado

La muerte es el destino inexorable de toda vida humana y es natural que nos asuste y angustie su realidad, sobre todo cuando vemos de cerca el peligro de morir o cuando afecta a nuestros seres queridos.

Más que el hecho de morir, importa más lo que sigue al morir. Ese otro mundo sobre el que hacemos representaciones, costumbres y tradiciones que se convierten en culturas, todas de igual importancia, pues ante el camino desconocido que la muerte nos señala, sólo es posible imaginarla con símbolos.

La fiesta de muertos está vinculada con el calendario agrícola prehispánico, porque es la única fiesta que se celebraba cuando iniciaba la recolección o cosecha. Es decir, es el primer gran banquete después de la temporada de escasez de los meses anteriores y que se compartía hasta con los muertos.

En la cultura Náhuatl se consideraba que el destino del hombre era perecer. Este concepto se detecta en los escritos que sobre esa época se tienen. Por ejemplo, existe un poema del rey y poeta Netzahualcóyotl (1391-1472): Somos mortales / todos habremos de irnos, / todos habremos de morir en la tierra... / Como una pintura, / todos iremos borrando. / Como una flor, / nos iremos secando / aquí sobre la tierra... / Meditadlo, señores águilas y tigres, / aunque fuerais de jade, / aunque fuerais de oro, / también allá iréis / al lugar de los descansos. / Tendremos que despertar, / nadie habrá de quedar.

Cuando llegaron a América los españoles en el siglo XVI trajeron sus propias celebraciones del Día de Muertos cristianas y europeas, donde se recordaba a los muertos en el Día de Todos los Santos. Al convertir a los nativos del nuevo mundo se dio lugar a un sincretismo que mezcló las tradiciones europeas y prehispánicas, haciendo coincidir las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas con el festival similar mesoamericano, creando el actual Día de Muertos.

SU CELEBRACIÓN ACTUAL

La práctica religiosa hacia los difuntos es sumamente antigua. El profeta Jeremías en el Antiguo Testamento dice: “Morirás en paz. Y Así como se quemaron perfumes por tus padres, los reyes antiguos que te han precedido, así se quemarán perfumes por ti, y se entonará por ti la lamentación: « ¡Ay Señor!». Esta es la palabra que yo te he dicho –oráculo de Yahvé–“. (Jeremías 34,5).

A su vez en el libro 2° de los Macabeos está escrito: “El realizó este hermoso y noble gesto con el pensamiento puesto en la resurrección, porque si no hubiera esperado que los caídos en la batalla iban a resucitar, habría sido inútil y superfluo orar por los difuntos. Además, él tenía presente la magnífica recompensa que está reservada a los que mueren piadosamente, y este es un pensamiento santo y piadoso. Por eso, mandó ofrecer el sacrificio de expiación por los muertos, para que fueran librados de sus pecados.” (2 Mac. 12, 43-45); y siguiendo esta tradición, en los primeros días de la Cristiandad se escribían los nombres de los hermanos que habían partido en la díptica, que es un conjunto formado por dos tablas plegables, con forma de libro, en las que la Iglesia primitiva acostumbraba a anotar en dos listas pareadas los nombres de los vivos y los muertos por quienes se había de orar.

Esta antiquísima costumbre de orar por nuestros seres queridos se ha venido realizando por siglos, y aunque algunos crean que "la persona que muerte deja de existir", la verdad que se nos revela es que “Las almas de los justos están en las manos de Dios, y no los afectará ningún tormento. A los ojos de los insensatos parecían muertos.” (Sabiduría 3, 1-2), y ese pensamiento de siglos se da a relucir más en esta fiesta.

En el estado de Michoacán las ceremonias más importantes son las de los indios purépechas del famoso lago de Pátzcuaro, especialmente en la isla de Janitzio. Igualmente importantes son las ceremonias que se hacen en poblados del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca y en Cuetzalán, Puebla.

Sobre sus altares encienden velas de cera, queman incienso en bracerillos de barro cocido, colocan imágenes cristianas: un crucifijo y la Virgen de Guadalupe. Ponen retratos de sus seres fallecidos. En platos de barro cocido se colocan los alimentos, estos son productos que generalmente ahí se consumen, platillos propios de la región.

La muerte para el Mexicano

Es un hecho que la muerte existe, pero nadie piensa en su propia muerte. En las culturas contemporáneas la "muerte" es una palabra que no se pronuncia.

Los mexicanos tampoco pensamos en nuestra propia muerte, pero no le tenemos miedo porque la fe religiosa nos da la fuerza para reconocerla y porque quizas también somos un poco indiferentes a la vida, supongo que así es como nos justificamos.

Entonces la muerte se vuelve jocosa e irónica, la llamamos "calaca", "huesuda", "dentona", la "flaca", la "parca". Al hecho de morir de damos definiciones como "petatearse", "estirar la pata", "pelarse" morirse. Estas expresiones son permiten jugar y en tono de burla hacer refranes y versos.El desprecio, el miedo y el dolor que sentimos hacia la muerte se unen al culto que le profesamos. Es decir, que la muerte puede ser una venganza a la vida, porque nos libera de aquellas vanidades con las que vivimos y nos convierte, al final, a todos por igual en lo que somos, un montón de huesos.

En nuestros juegos está presente con las calaveritas de azúcar o recortes de papel, esqueletos coloridos, piñatas de esqueletos, títeres de esqueletos y cuando hacemos dibujos en caricaturas o historietas.

LA CELEBRACIÓN COMIENZA...

Ya desde el 1 de Noviembre comienza la celebración con la fiesta del "Día de Todos los Santos".

Este día se celebra la fiesta de todos los santos que tuvieron una vida ejemplar, como los santos que aun no son conocidos pero que también están allá, así también los niños difuntos.

Esta fiesta es pequeña en comparación con la del Día de Muertos, dentro de las tradiciones se acostumbra realizar altares a los Santos dentro de las Iglesias, y muchas familias acostumbran realizar altares a sus niños muertos ya sea dentro de sus casas o sobre las lápidas en los cementerios.

Los altares son adornados con papel de muchos colores, flores de cempasúchil, si el altar es para un niño se le ponen juguetes como carritos, muñecas, dulces etc.

La fiesta de Todos los Santos ha tratado de combatir los peligros del Halloween, haciendo de esta fiesta, una mejor que la del Halloween, donde a la vez se le inculque a los niños los valores cristianos. Dentro de la Iglesia, algunas parroquias o comunidades tomaron iniciativas para celebrar la fiesta de Todos los Santos en familia.

Más que combatir la forma en que hoy se celebra "Halloween", que nada tiene que ver con nuestras costumbres y valores; queremos retomar el sentido original de esta fecha y celebrar la "Fiesta de Todos los Santos"

Mantendremos los elementos buenos y positivos; celebrar, disfrazarse y compartir, pero proponemos cambiar los negativos:

-muerte y oscuridad,...por vida,

-terror y miedo,...por alegría,

-violencia,...por paz y amor,

-amedrentamiento y chantaje,...por respeto y entrega.

Se propone una celebración amplia a la cual todos se sumen alegremente independiente de su cercanía con la religión.

Los niños se disfrazarán de algo positivo en especial de santos y ángeles, nada de monstruos ni brujas. Saldrán a las calles acompañados de algún adulto o joven responsable, a pedir dulces.
Sólo tocarán el timbre en las casas que tengan globos o cintas de color blanco en sus puertas o rejas, aceptando así participar en esta celebración. Al resto sencillamente no se les molestará.

Los jóvenes si quieren organizar alguna fiesta o celebración los invitamos a hacer "Fiestas Blancas" donde todos se vistan de ese color y lo pasen muy bien en un ambiente positivo y alegre.

Si todos transmitimos esta idea, cada día seremos más los que celebraremos con alegría la fiesta de Todos los Santos. ¿Porque no se anima y celebra el Día de Todos los Santos en familia? Avise a vecinos, familiares y amigos. Seamos más los que celebremos esta alegre fecha.

En mi parroquia Nuestra Señora del Carmen (carmelitas) hace unos 3 años decidimos en el equipo de confirmación celebrar la "Víspera del Día de todos los Santos". Se invita a los niños de las comunidades neocatecumenales y de primera comunión (no hay otros grupos) a que se disfracen de un santo que escogieran.

Rómulo Bethancourt

Acá en San Miguel de Allende, Guanajuato, México, celebramos este día para contrarrestar la fiesta del Halloween con un desfile de santos en el centro de la ciudad, muchos niños y jóvenes vestidos de su santo favorito, después del desfile y de la celebración eucarística se invita a los participantes a una cena donde se reparten tamales y ponches gratis. Este año la comunidad a la que pertenezco apoyará con los cantos del desfile, cantos católicos que animen a la gente.

Claudia Santoyo, Comunidad Siloé

Desde hace 2 años ha sido bien recibida por la gente que viene a mi casa a pedir dulces para celebrar yo aprovecharía y repartiría rosarios con libritos de como rezarlos, medallas de San Benito defensor de los ataques del demonio y discos compactos con el rosario grabado ha sido un éxito la gente se amontona espero lo puedan ustedes trasmitir.

Adreina del Villar


La fiesta continua al día siguiente, ya es 2 de Noviembre y por todo el país ya han comenzado las celebraciones.

El lago de Pátzcuaro y su isla Janitzio se ubican a 60 kilómetros de Morelia, capital de estado de Michoacán. Esta isla impresiona por la belleza de sus construcciones blancas con techos de teja roja.

El Día de Muertos es una alegre celebración, pero la Noche de Muertos se torna lúgubre al sonar de las campanas. Todos empiezan a aparecer, vestidos de negro, con ofrendas, dulces y panes que dejan sobre las tumbas, donde se sientan a llorar y rezar por sus muertos.

En la ceremonia de la ofrenda a los difuntos, en el cementerio de la isla de Janitzio en el lago de Pátzcuaro, del estado de Michoacán, México, la tradición del "Día de Muertos" se ha conservado en todo su vigor.

A las 6 de la tarde del día 1° de Noviembre, de cada año, comienza a oírse el toque de muertos, y con intervalos de medio minuto la campana sigue doblando hasta la madrugada.

Poco antes de la media noche las familias de la isla sales de sus casas rumbo al cementerio de la cercana ciudad de Pátzcuaro las personas se dirigen a la isla en sus canoas que semejan mariposas y que a la luz de miles de velas se antoja como un cuento. Los hombres embozados en sus sarapes, las mujeres ataviadas con sus mejores ropas y joyas más vistosas.

A la media noche las mujeres se arrodillan ante las tumbas, los hombre entonan fúnebres alabanzas a los muertos, de cuando en cuando las mujeres desfloran flores de cempazúchitl llevadas especialmente para ese objeto y riegan los pétalos sobre las tumbas. Así transcurren las horas hasta el amanecer.

Junto al cementerio, en el atrio de la parroquia se celebra una ceremonia, en ese lugar se reúnen las familias que no tienen muertos o cuyos deudos tienen más de tres años de enterrados.

Mixquic, D.F., pertenece a la Delegación de Tláhuac, al sureste del Distrito Federal, próximo al límite con el estado de México.

El día 1 de Noviembre cuando llegan a Mixaquic, los muertos de visita, se encienden miles de cirios y veladoras. Cuentan que las ánimas llegan al pueblo formadas en fila y conforme pasa por las casas, se separan del grupo para entrar a saludar a sus deudos, por eso todas las puertas de las casas se abren desde el mediodía hasta bien entrada la noche.

En esa ocasión los visitantes pueden entrar y salir de las asas en donde se exhiben hermosas ofrendas.

A la mañana siguiente hombre, mujeres y niños llegan al atrio de la iglesia de San Andrés con cubetas y atados de flores, barren y riegan las tumbas de sus familiares y al terminar esperan la llegada del párroco para que imparta la bendición a los presentes y las tumbas.

A las 4 de la tarde del día 2 de Noviembre tañen las campanas y los lugareños se dirigen al camposanto llevando ofrendas nuevamente, y los rezos se repiten como en un murmullo seguido de cantos.

EL ALTAR DE MUERTOS

En algunos hogares de México es costumbre poner el altar de muertos.

Los aztecas lo llamaban “momoztli”, que se ha traducido como “altar”, aunque significaba simplemente “lugar alto”. La palabra altar se deriva del latín : altāre que significa donde se ofrece un sacrificio, y esa es la concepción bíblica (Gen 8,20-22 ; Gen 13,18; 22, 9; 26, 25; 33, 20; 35, 7; 2Sam 24, 25) por tanto la de los cristianos católicos.

Desde el punto de vista prehispánico ahí no se hacían sacrificios, sólo se compartían los alimentos, tampoco se ofrendaban porque no era una dádiva para implorar auxilio o tributarlo por obligación. Para ellos simplemente era “tenemactli” es decir por “compartir”. Así que mal utilizado el término “Altar de Muertos”. Se ha tolerado la costumbre de colocar una “ofrenda”, ya que es al mismo tiempo una “maqueta” que representa los tres estadios de la Iglesia de Cristo: Triunfante (Cielo), Iglesia Purgante (Purgatorio) e Iglesia Peregrina (Terrena), he ahí la razón por la cual se colocan tres escalones.

Los podemos encontrar en lugares en la sala de la casa, a la vista de los visitantes y amigos. Los altares de muertos se colocan en honor de 1 o más difuntos a quienes se les recuerda con sus fotografías.

Escalones. Los altares tienes escalones parecidos a los de una escalera. Los más pequeños tienen 2 que simbolizan el Cielo y la Tierra. Otros tienen 3, que simbolizan ya sea el Cielo, Purgatorio e Infierno, pero son más relacionados con la Santísima Trinidad. Por ultimo esta el de 7 escalones, que representan los 7 pecados capitales por los que puede caer uno en su vida.

Arco. En la parte de arriba se coloca un arco de flores de cempasuchil que representa la presencia de Dios, quien se encuentra con los difuntos.

Fotografía del(os) difunto(s). El retrato de la o las personas a las que se honra con el altar.

Incienso. Aleja al demonio y simboliza el alma que esta con Dios. Simboliza además las oraciones que se hacen por los difuntos, "Que mi oración suba hasta ti como el incienso, y mis manos en alto, como la ofrenda de la tarde" (Salmo 141, 2)

Veladoras. Simbolizan la fe, la esperanza, el eterno amor de Dios y la purificación de las almas si llegaran a estar en el purgatorio.

Agua. El vaso con agua representa la fuente de la vida, la Palabra de Dios, esa agua que Jesús le mencionó a la samaritana, "Jesús le respondió: «El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna»." (Juan 4, 13-14)

Calaveras de Azúcar. Símbolo de la dulzura de la muerte para quien es fiel a Dios, como bien decía San Pablo, "Porque para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia." (Filipenses 1, 21)

Flores de Cempasuchil. Simbolizan la luz que es Jesús, el camino de flores de cempasuchil simboliza que solo él es el camino. "«Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida»." (Juan 8, 12) y "Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí." (Juan 14, 6). También representa la fuerza de la vida.

La sal. Simboliza la resurrección de los muertos, pues es usada para la conservación de los cuerpos.

Papel picado. Simboliza la alegría de la creencia en la resurrección y la alegría de que nuestros seres queridos están ya en un mejor lugar.

Imágenes de santos o de la Virgen. Imágenes de santos de los que era devoto el difunto y también para encomendarles a ellos rueguen por su alma, de estar en el purgatorio.

Cruz o crucifijo. Simboliza a Cristo, quien por su sacrificio nos ha salvado de la muerte y del pecado. "Así creó con los dos pueblos un solo Hombre nuevo en su propia persona, restableciendo la paz, y los reconcilió con Dios en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, destruyendo la enemistad en su persona." (Efesios 2, 15-16)

Pan de muerto. Simboliza el alma del difunto.

Objetos personales. Simbolizan la personalidad del difunto


Con varios días de anticipación las familias se preparan para colocar la ofrenda. La ofrenda origina un intenso comercio de productos. Las ofrendas se colocan en los altares familiares o en mesas de uso cotidiano, las cuales se cubren con papel de china picado, hojas de plátano o pétalos de hule según la costumbre de cada región.

Le ofrecen todos los alimentos que hayan sido del gusto de los difuntos, colocados en trastes o en chiquihuiles.

La ofrenda se adorna en muchos sitios con arcos de ramas verdes o plantas de plátanos, y está precedida por las imágenes de los santos que son de la devoción familiar y fotografías de los parientes muertos.

En ciertos poblados se convida algo de los alimentos de los difuntos a los músicos que, sin cobrar, van a las diferentes casas para tocar, cantar y rezar a los muertos. Este intercambio ritual de los alimentos trae consigo una fuerte convivencia que da cohesión social. Así se refuerzan los lazos familiares y amistosos de los pueblos y ciudades de nuestro país.

¿PORQUE ORAR POR LOS DIFUNTOS?

En el Día de los Muertos se hacen oraciones por los difuntos, y mucha gente se pregunta, ¿Porque se reza por ellos?.

Si partimos de que, cuando muere un familiar no sabemos si exactamente hubo la remisión de sus culpas, aunque haya sido perdonado de su pecado. Y al no saber si se encuentran en el Purgatorio, nosotros oramos por ellos, por los que al llegar con el Señor seguramente oraran con nosotros. Podemos ayudarlos ofreciendo a Dios en su favor nuestros sufrimientos, oraciones y buenas obras (1 Cor 12, 25-26)

Ecl.7,33 "…la gracia de tu dádiva llegue a todo viviente, ni siquiera a los muertos les rehúses tu gracia".

La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2do de los Macabeos en el Antiguo Testamento dice: "Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados" (2Mac. 12, 46); y siguiendo esta tradición, en los primeros días de la Cristiandad se escribían los nombres de los hermanos que habían partido en la díptica, que es un conjunto formado por dos tablas plegables, con forma de libro, en las que la Iglesia primitiva acostumbraba a anotar en dos listas pareadas los nombres de los vivos y los muertos por quienes se había de orar.

En las catacumbas o cementerios de los primeros cristianos, hay aún esculpidas muchas oraciones primitivas, lo que demuestra que los cristianos de los primeros siglos ya oraban por sus muertos. Del siglo II es esta inscripción: «Oh Señor, que estás sentado a la derecha del Padre, recibe el alma de Nectario, Alejandro y Pompeyo y proporciónales algún alivio». Tertuliano (año 160-222) dice: «Cada día hacemos oblaciones por los difuntos». San Juan Crisóstomo (344-407) dice: «No en vano los Apóstoles introdujeron la conmemoración de los difuntos en la celebración de los sagrados misterios. Sabían ellos que esas almas obtendrían de esta fiesta gran provecho y gran utilidad» (Homilía a Filipo, Nro. 4).

En el siglo VI los benedictinos tenían la costumbre de orar por los difuntos al día siguiente de Pentecostés. En tiempos de san Isidoro († 636) en España había una celebración parecida el sábado anterior al sexagésimo día antes del Domingo de Pascua (Domingo segundo de los tres que se contaban antes de la primer de Cuaresma) o antes de Pentecostés.

¿ES LA OFRENDA PARA LOS DIFUNTOS?

Una ofrenda es un ofrecimiento de algún don y sólo debe ser para Dios (Gen 8, 20-21, Lev 22, 17-22; Num 18, 29) y hecha de corazón (Exo 25, 2; 35, 29), no porque Dios las necesite sino porque con ellas le damos agradecimiento (Sal 50,23; 54, 6-7) y amistad con él, lo que trae bendiciones para generosos, (Sal 112, 5-9; Pro 11,24-25; 22, 9; Ecc 11, 1); pero al Señor le molestan las ofrendas que hacen los que viven en pecado (Isa 1,11-17; 66, 3; Jer 6,20; Age 2,13-14; Mal 2, 12; Mat 23, 23) y para que los demás las vean.

Entonces los misioneros aceptaron que se hiciera una Ofrenda para Dios por los fieles difuntos, no para los fieles difuntos. Una ofrenda que es como homenaje por los difuntos y una manera de agradecer a Dios por todo el bien que hizo por ellos. La ofrenda permite recordar que nuestros “fieles difuntos” siguen vivos y son los MISMOS; que su parentesco con nosotros continúa, salvo el marital que está fundado en una necesidad biológica (Mc 12, 18-25)

Es inútil creer que los fieles difuntos vendrán a probarlas, pues en el cielo y en la Resurrección son seres incorpóreos sin necesidad de alimento físico o bebida: "Cuando resuciten los muertos, ni los hombres ni las mujeres se casarán, si no que serán como ángeles en el cielo " (Mc 12, 18-25) Y ellos no pueden cruzar la frontera del más allá: Jesús habló del abismo entre el Infierno y el Cielo y a su vez a la Tierra, al contarnos la Parábola de Lázaro y el rico Epulón, descartando que los muertos puedan “ir y venir” : “Además, entre ustedes y nosotros hay un abismo tremendo, de tal manera que los que quieran cruzar desde aquí hasta ustedes no puedan hacerlo, y tampoco lo puedan hacer del lado de ustedes al nuestro. Abrahán le replicó: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no se convencerán." Luc 16, 26.31

A diferencia de lo que creían los INDIGENAS, los cristianos católicos sabemos que los que se encuentran en el Cielo viven tan felices, que sería absurdo que vinieran sólo para comerse un tamal o beber un jarro de pulque; los que viven en el Infierno, jamás saldrán de Él; y los que están en estado de Purificación están luchando por su purificación como para venir a degustar un dulce o un pan.

¿Entonces por qué pierden sabor, volumen y olor los elementos de la ofrenda?

Realmente esta afirmación es muy relativa, hay quienes aseguran que los “espíritus” se llevan consigo el “aroma y sabor” de las frutas, panes, agua, y alimentos de la “Ofrenda”.

Científicamente se sabe que agua es insípida e inodora, así que es imposible comprobar que ha perdido ambas propiedades “que no tiene”, respecto al volumen esto es algo demasiado subjetivo. Por lo que respecta a las frutas, se sabe que las “frutas temporada” son sumamente aromáticas, es decir que su aroma y sabor es “volátil”, si se deja una fruta de estas “aislada” durante una noche perderá su consistencia y sabor, no sólo el dos de noviembre.

Lo mismo sucede con el pan para esta ocasión; todo panadero sabe que el pan fresco pierde fácilmente sus características de textura, sabor y olor debido a que la actividad de la levadura en el precocido donde quedaron azúcares sin fermentar y con mayor razón este pan que se prepara con una masa de harina, levadura, mantequilla, azúcar, huevo y leche; misma que se adereza con esencias naturales como la vainilla o naranja, lo que facilitan dicha propiedad de perder sabor y aroma. Y curiosamente las personas que me han asegurado que sucede esto, ninguna ha probado los alimentos antes de colocarlos en la ofrenda. Lo que pudiera ser superstición, misma que el Señor prohíbe en la Biblia (Deuteronomio 18,10). Y desde otro punto de vista, los demonios; que rondan por el mundo pueden hacer muchas cosas para desviar nuestra atención.

¿Es malo comer alimentos de la ofrenda?

Muchos protestantes al considerar que esto es culto a los muertos, por tanto un acto de idolatría prohíben comerlos (1Cor 10,28), pero San Pablo se está refiriendo a carne inmolada a “falsos dioses” (ídolos); como ya vimos esto NO ES CULTO A LOS MUERTOS, LA OFRENDA ES UNA MAQUETA (ADORNO) y ES UNA COSTUMBRE QUE SIRVE PARA CONVIVIR. Así que no hay nada de malo en consumirlos.

La Ofrenda por los difuntos NO ES OBLIGACIÓN para los cristianos católicos. El poner o no ofrenda no afecta la vida espiritual del difunto. Lo que la Iglesia pide es ORACIÓN y sufragios por ellos. La oración es de mucho provecho si ellos se encuentran el Purgatorio o en el Cielo, en otra situación si no fue un “fiel difunto” de ahí nadie lo podrá sacar. No olvidemos que en otras partes del mundo los católicos no colocan ofrenda, ni velan en los panteones porque no es Doctrina de la Iglesia, pero aun así sigue siendo una bonita costumbre para recordar a los difuntos y, ¿Por qué no? Contarles a los niños anécdotas o historias de los familiares fallecidos.

CELEBREMOS EN FAMILIA CRISTIANAMENTE

Ese encuentro anual entre las personas que la celebran y sus antepasados, desempeña una función social que recuerda el lugar del individuo en el seno del grupo y contribuye a la afirmación de la identidad...

Con estas palabras anteriores, la UNESCO, en una ceremonia llevada a cabo en París, Francia el 7 de noviembre de 2003, distinguió a la festividad indígena de Día de Muertos como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Debemos pues, como mexicanos, sentirnos orgullosos de tener una fiesta como esta. Nosotros pues, evitemos celebrar el Halloween, que además de ser una práctica relacionada con el Diablo, nos quita nuestras tradiciones mexicanas.

Este 1 y 2 de Noviembre, lo invitamos a que celebre el Día de Todos los Santos y el Día de los Muertos. Que mejor que juntos en familia ayudar a colocar la ofrenda del altar y reunirse esa noche para convivir, platicar y recordar a nuestros difuntos

En estos días es también importante que si usted puede, vaya a Misa, o rece por sus difuntos en casa, a solas o en familia alrededor del altar. Lo más importante es celebrarlo en familia y cristianamente siguiendo estos puntos:

  • Orando en Familia por ellos. Buscando la forma de ganar indulgencia plenaria o parcial para ellos.
  • Participando y comulgando en la Santa Misa en ofrecimiento por su eterno descanso, donde se conmemora: la VERDADERA OFRENDA: Cristo Jesús, en el ÚNICO ALTAR.
  • Conviviendo como Iglesia, dando testimonios como verdaderos creyentes.
  • Asistiendo a los panteones a visitar su tumba, adornándola con flores; como símbolo de nuestra fe de que en ese lugar un día “resucitarán” (Rm 8,11; 1 Cor 15, 12-16)
Recuerde que más que sentir tristeza por no tener a nuestros seres queridos con nosotros, y que es válido tenerla, debemos estar alegres porque ellos gozan ya la presencia de Dios o están en la espera de ir con él.

Por lo tanto repitamos constantemente: "Dale Señor el Descanso Eterno y brille para (el / ella) la Luz Perpetua. Que descanse en Paz. Así sea"

CALAVERAS

Entre las costumbres de Día de Muertos, están las calaveras, y existen 3 tipos de estas:

Las calaveras literarias. También llamadas "calaveras", son en realidad epitafios humorísticos de personas aún vivas que constan de versos donde la muerte (personificada) bromea con personajes de la vida real, haciendo alusión sobre alguna característica peculiar de la persona en cuestión. Finalizan con frases donde se expone que se lo llevará a la tumba

Catrinas. Litografías, generalmente del Maestro José Guadalupe Posada, que aunque no dibujó específicamente para Día de Muertos, sino eran caricaturas con que colaboraba en diferentes publicaciones de principios del siglo XX en México se usan en estas fechas por sus alusiones a la muerte festiva.

Calaveras de Azúcar. Son dulces en forma de cráneo, generalmente realizadas de dulce de azúcar, chocolate, amaranto, gomita, entre otros